sábado, 26 de enero de 2008

laboralmente y socialmente necesitada de abortar.

En respuesta a un manifiesto feminista proabortista.


Estimadas asociaciones de mujeres. He leído con atención vuestro comunicado sobre el aborto a raíz de vuestra manifestación, que habéis convocado en la Puerta del Sol el día 23 de Enero del presente año.

No puedo felicitaros por lo que estáis defendiendo. Habéis abandonado los caminos del progresismo para sumergiros en una petición y reivindicación de un derecho que no arregla todos los problemas de vuestras defendidas.

Defiendo que una mujer pueda poner fin a su embarazo cuando realmente la criatura que espera le ocasione un daño físico irreversible o la perdida de su vida. Y aunque no me guste tampoco que se permita en el caso de violaciones, no objetaré nada porque entiendo y comprendo que nueve meses recordando una pesadilla puede acarrear daños muy graves en ciertas mujeres. Tampoco ando conforme con el aborto con fines Eugenésicos, tal vez en alguna circunstancia en que la criatura sea totalmente inviable o en el caso de embarazos múltiples en el que sea necesario eliminar a uno por salvar al otro, podría éticamente entenderlo aunque me disguste tal solución.

Pero existe una diferencia entre lo que son causas mayores, y lo que es abortar como quien acude al dentista o como quien va al médico. Interrumpir una gestación no es algo que se tome la mayoría de las mujeres que creéis defender como algo natural. Para muchas un embarazo no deseado, o incluso deseado y forzadas a abortar, esto es un drama del que he visto a no pocas arrepentirse y llorar.

No voy a respaldar que la sanidad pública practique abortos fuera de los actuales supuestos legales. No lo voy a hacer por varios motivos. Primeramente porque la sanidad pública está para curar a pacientes de enfermedades o bien preservar su vida, y en segundo lugar porque en un aborto una criatura muere, una criatura que lentamente se va volviendo un ser humano y se va distinguiendo entre lo que es un conglomerado celular y va adquiriendo una forma y capacidades que le distinguen de otras especies que habitamos en este planeta. Preservar la vida es un deber nuestro, no suprimirla por puro capricho.

Tampoco voy a respaldar la labor realizada por vuestras veneradas clínicas privadas. Nunca me ha gustado lo que estaban haciendo. Pero es intolerable que dada una ley, no duden muchas de ellas en vulnerarla falsificando informes médicos y sicológicos sobre el estado de embarazo y salud mental de la madre con fines para nada altruistas, sino mercantilistas. Y como se ha podido comprobar, y hasta demostrar, se han practicado abortos o se han aceptado casos de embarazos de más de siete meses de gestación, demostrado por periodistas infiltrado. En esos casos se me revuelven las tripas de pensar que antes que colocar a una criatura en una incubadora no se duda en matarla.

Me hace gracia la defensa que en muchas ocasiones hacéis las asociaciones de mujeres con esto del derecho de la madre a decidir. Me gustaría saber que decisión tiene, según vosotras, una chica dependiente de sus padres cuando al quedarse embarazada la obligan a abortar. También me gustaría saber si tenéis en cuenta que otras mujeres abortan, sobre todo extranjeras sin papeles, porque podrían quedarse sin sus salarios durante unos meses o bien verlo reducido. También me gustaría entender porque defendéis con más energía ese derecho a pone fin un embarazo y al mismo tiempo no defendéis con igual o mayor energía un apoyo respaldo social mayor para todas aquellas mujeres para las cuales quedarse embarazadas es una tragedia por el problema que se les viene encima.

Pues no os comprendo, y no comprendo vuestra extraña defensa de la mujer. Desde luego para exigir el aborto os movéis mucho, pero para exigir y reivindicar apoyos para que no tomen una decisión de la que muchas les causa cierto dolor recordarlo, hacéis bien poco.

Y esta es mi acusación, que habéis perdido el camino del progreso, de las ayudas y reivindicaciones sociales más importantes en apoyo de las mujeres embarazadas, de las madres solteras, de los prejuicios contra las mismas. No os veo más que como un conjunto de colectivos respondones.

Desde luego no voy a situarme del lado de los colectivos provida que solo quieren derogar, más por cuestión idealista. Pero del vuestro tengo muchos menos motivos para apoyaros. Si de los otros me alejo por que no me gusta su cerrazón, del vuestro por que siento horror y mucha frivolidad en vuestras reivindicaciones.

Dadle pues al cayo y recuperad el norte, poneros a luchar para que ninguna mujer se sienta familiarmente, laboralmente y socialmente necesitada de abortar.

Un saludo
Julián Moreno Mestre

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