Os deseo una Feliz Navidad y un Próspero 2008 .Como felicitación la siguiente carta me ha parecido que expresa todo el espíritu navideño.
BELÉN VIVIENTE: SOLIDARIDAD DE DIOS
Queridos Hermanos y amigos: Paz y Bien.
Nos lo cuentan a borbotón tantos signos con los que hemos querido engalanar nuestras calles, nuestros hogares y el corazón. No es la fiesta de invierno por la que revestimos de alegría estas calendas, y los nacimientos no se pueden permutar por un paisaje alpino, así como tampoco el sentido de este ambiente especial que sabe a Navidad no se camufla tras unas "felices fiestas" sin denominación de origen o un sencillo "feliz año que viene" sin más. Pero no somos rancios los cristianos; nos encantan estas fiestas invernales, y gozamos en la recreación montañesa de paisajes de ocasión, como también sabemos alzar nuestra copa festiva y feliz, y desearnos para el año entrante de veras lo mejor. Pero nosotros, los cristianos, hacemos todo esto sabiendo por qué y sabiendo por Quien. No tenemos que gastar un céntimo en desmontar nada, y en pintar de color negro y mutilador el resplandor de estas fiestas que brillan con su propio fulgor. Son otros los que se empeñan en descristianizar lo que es cristiano sin más, lo más cristiano de todo.
¿Cómo podríamos imaginar la llegada de Dios a nuestra vida? Quizás como una imponente rueda de prensa en la que se comunicase con detalle los pormenores más curiosos. O, tal vez, como una gran parada de fuerzas multinacionales donde se exhibiesen con tronío y alharaca todo su poder. Para otros, acaso, tan solemne advenimiento debería llegar en medio del "glamour" de una escenografía del famoseo bien cuidada, de esas que no alumbran la oscuridad de nadie, pero que deslumbran la vanidad de tantos.
Tal vez, desde nuestra mejor buena voluntad, no se nos habría ocurrido mejor método para vender bien las verdades de Dios y acrecentar su eterno prestigio. Martín Descalzo escribió magistralmente que "los hombres, siempre aburridos y seriotes, se habían imaginado al Mesías anunciado de todos modos menos en forma de bebé... Esto tenía más aspecto de broma que de otra cosa. ¡No era serio! Y sin embargo aquel bebé, que iba a comenzar a llorar de un momento a otro, era Dios, era la plenitud de Dios. Y se había hecho enteramente hombre. El mundo que esperaba de sus labios la gran revelación recibió como primera palabra una sonrisa y el estallido de una pompa en sus labios rosados".
No es una escena hermosa pero de ayer, que simplemente sacamos de nuestras cajas de cartón para montar el belén cada año. Ese "belén" hay que montarlo siempre y de muchos modos, porque como muchos niños (a los que les han dejado en sus colegios) han vuelto a escenificar, hay que hacer un belén viviente, un modo de representar ese misterio del nacimiento humano de Dios, de manera que se arrime la buena noticia a quienes más desolados, confusos y extraviados están. Los pobres de todas las pobrezas, esas que hacen tiritar de frío la esperanza, la dignidad y hasta la misma supervivencia, deberían percibir en nuestro "belén viviente" que Dios verdaderamente está. Y la auténtica celebración navideña no empieza ni termina en comidas, en gastos ni más ni más, como si la Navidad justificase el despilfarro o la insolidaridad. Celebramos que Dios nació, que nace siempre entre nosotros, y lo hacemos festivamente, pero sin hacerlo ni por acción ni por omisión contra los demás. Bien entendida la Navidad es la fiesta de la solidaridad: la de Dios con nosotros abrazando nuestras preguntas y nuestra condición, para regalarnos dulce e inmerecidamente su respuesta y su compañía. Hagamos un Belén... viviente, como quiso el mismo san Francisco de Asís: para acercar a nuestros hermanos esa inmensa gracia de entender la solidaridad de Dios. Feliz Navidad.
Recibid mi afecto y mi bendición.
+ Jesús Sanz Montes, ofm
Obispo de Huesca y de Jaca
No hay comentarios:
Publicar un comentario